Los cambios en la percepción social del VIH han sido menos significativos en los últimos años que los puramente científicos y médicos. Las vías de transmisión, sus implicaciones respecto de la perspectiva de género y su asociación en el imaginario social a colectivos excluidos pueden ser causa del todavía arraigado estigma asociado a la infección, que es motivo de discriminación en distintos ámbitos.
Según una encuesta del CIS, se estima que un 11,4% de los españoles se manifiesta incómodo ante la vecindad de personas con VIH. Asimismo ,el 11,3% desaprueba por completo que una persona con VIH/sida trabaje en una oficina donde hay más personas trabajando.
El Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato asociada al VIH es una iniciativa impulsada en 2018 desde el Ministerio de Sanidad español consensuada y suscrita por los agentes sociales e institucionales clave en la respuesta al virus. La adhesión al Pacto Social supone asumir el compromiso de eliminar el estigma y la discriminación asociados al VIH y al sida, garantizando la igualdad de trato y de oportunidades, la no discriminación y el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de las personas afectadas.
El estigma real o percibido por las personas que viven con VIH puede tener un impacto directo en sus vidas. Por ejemplo, puede llevarles a retrasar las visitas al médico o evitar el tratamiento por miedo a ser vistas. También tiene influencia el temor a los efectos secundarios de la medicación. Prevención, diagnóstico y tratamiento se ven afectados por el estigma. Pero ocultar el estado serológico genera ansiedad y esto, a su vez, debilita el estado inmunológico de la persona con VIH. No compartir tu estado por miedo a la reacción de tu entorno puede hacer que limites tus relaciones personales y reduzcas tus redes de apoyo, algo vital para evitar el aislamiento y aspirar a una buena calidad de vida. El rechazo incide en la autoestima de muchas personas que viven con VIH y eso puede hacer que descuiden las pautas correctas y se vea afectada la adherencia al tratamiento.
El temor a un resultado positivo en la prueba del VIH es un motivo asociado con el retraso en la detección y tratamiento de la infección. Y esto, claro está, incide directamente en la salud de las personas afectadas. También, el estigma percibido por las personas que tienen VIH puede hacer que éstas teman proponer prácticas preventivas para reducir riesgos (como el uso del preservativo) o que eviten comunicar su estado serológico por miedo a la reacción de sus parejas o de su entorno.
El estigma percibido por las personas que tienen VIH puede afectar a su trabajo o su vida laboral.
Si el caso se ha producido en el ámbito sanitario, ve a la Oficina del defensor del paciente de tu comunidad autónoma o con las unidades de atención al paciente de hospitales y centros de salud. En otros ámbitos, acude al Defensor del Pueblo estatal o autonómico (si existe la figura), a asociaciones o ONGs con asistencia jurídica, o contacta con el Plan Nacional o Autonómico del Sida.
Destacamos aquí por su fiabilidad la Clínica Legal de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (Cesida).
El estigma puede ser reducido a través de estrategias de intervención como la información, el consejo, la adquisición de habilidades y el contacto con personas afectadas. Esto requiere trabajar tanto con la población general (estigma confirmado y discriminación) como con las personas con VIH (estigma percibido o autoestigma).
Una herramienta fundamental es la educación. Diversos estudios han demostrado que las personas mal informadas o desinformadas acerca de la transmisión del VIH tienen más probabilidades de desarrollar actitudes discriminatorias. Hay que velar también por un adecuado tratamiento jurídico de la discriminación por VIH y la promoción de denuncias por parte de las personas que la sufren. En este sentido, es importante tanto que las personas con VIH conozcan bien sus derechos, como la formación de los juristas y jueces en este ámbito. Sin olvidar a los medios de comunicación, que pueden convertirse en agentes decisivos contra el estigma. Es necesario fomentar la utilización de conceptos correctos y el uso de un lenguaje preciso que permitan comunicar mensajes libres de prejuicios sobre las personas afectadas por el VIH y sus entornos.
Referencias y Bibliografía