El documental ‘Lo que dejó la marea’ recoge el proyecto de eliminación de hepatitis C en usuarios de drogas en el área sanitaria de Vigo, que desde 2015 ha conseguido tratar a más de 570 personas con esta patología en centros de adicciones. Gilead colabora en este proyecto desde 2019 a través de un programa de becas institucionales.
En los años 80 del siglo pasado, Galicia fue una de las principales vías de entrada de la droga en España. La cocaína y la heroína que llegaban a las costas incidieron de inmediato en los jóvenes de la región, que sin información ni conocimiento suficientes, cayeron en la adicción. La heroína causó una enorme tragedia social y se convirtió en un grave problema de salud pública. Muchas familias perdieron a sus hijos por las secuelas del VIH o las hepatitis.
Con el paso de los años, los especialistas de Infecciosas del área se dieron cuenta de que había un alto porcentaje de pacientes diagnosticados pero no tratados, muchos de ellos pertenecientes a poblaciones con una alta prevalencia. El largo y complejo proceso de derivación entre la unidad asistencial y el médico de atención primaria hacía que los pacientes se perdieran por el camino. Los índices de presencia de la hepatitis C entre los usuarios de drogas que acudían a los centros de tratamientos de adicciones del Vigo llegaban a alcanzar un 55% , frente al 0,85% en población. De ellos, un 71% presentaba infección activa.
El proyecto de microeliminación que cuenta ‘Lo que dejó la marea’ consiste fundamentalmente en simplificar los dos pasos esenciales para conseguir la eliminación del VHC: el proceso de diagnóstico y el de tratamiento. En los últimos años, el circuito asistencial clásico de las personas con infección se ha sintetizado con la implementación del diagnóstico en un solo paso y la utilización de nuevas modalidades diagnósticas de determinación de anticuerpos utilizando las pruebas serológicas rápidas en sangre capilar o saliva. Además, en la actualidad, se puede determinar la viremia en sangre seca en los centros hospitalarios o directamente en otros dispositivos asistenciales ambulatorios en los que se atiende al paciente mediante los denominados ‘point of care’.
A los diferentes centros de tratamiento de adicciones de Vigo acuden actualmente unas 2.200 personas que disfrutan, además de una actividad puramente asistencial con médicos, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales y auxiliares, de actividades, talleres con monitores y gimnasio que ayudan a mejorar su calidad de vida.