El sexto webinar del ciclo ‘VIH ES 2.0: Ir más allá de la indefectibilidad’ se celebró el 29 de abril de 2021 con el título ‘Sistema nervioso central y salud mental en los pacientes VIH’. Contó con la participación de Ignacio Pérez Valero, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, y de Jordi Blanch, especialista senior en Psiquiatría y Coordinador de Urgencias de Psiquiatría (ICN). Fue moderado por María José Galindo, de Seisida. Las personas que viven con VIH tienen más probabilidades de padecer depresión o ansiedad, y su riesgo de sufrir una enfermedad mental es más alto. Por ello, para lograr una buena calidad de vida de los pacientes, cada vez se demanda más la necesaria colaboración entre los clínicos que tratan el VIH y los psicólogos y psiquiatras especializados.
Según Blanch, los trastornos mentales que sufren las personas con VIH suelen pasar desapercibidos en la mayoría de los casos y, por este motivo, no reciben el tratamiento adecuado. “Esto supone, a menudo, la persistencia del sufrimiento de la persona con VIH y puede afectar a la evolución de su enfermedad y a la respuesta al tratamiento antirretroviral”, destacó. En estos casos, se necesita un abordaje multidisciplinar que integre a especialistas en materia psicológica, y también formación continuada y educación y concienciación para profesionales y pacientes sobre la gestión de las emociones. “La intervención multidisciplinar es fundamental para realizar un adecuado abordaje de los problemas de salud mental de las personas con VIH, incluyendo a las mismas personas afectadas por la enfermedad”, añadió Blanch.
Es muy importante que los pacientes con VIH comuniquen a su equipo médico síntomas relacionados con la salud mental como pueden ser la depresión, la ansiedad, el insomnio y el consumo de sustancias como el alcohol o la metanfetamina. Eso facilitará una buena gestión de su patología y la adecuada toma de decisiones con el objetivo de un mejor manejo de su infección a corto y largo plazo. Asimismo, en la fase aguda del VIH, se pueden presentar infecciones oportunistas capaces de afectar al cerebro y al sistema nervioso. El propio virus también es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y causar un daño neurológico. Ambas situaciones pueden afectar al paciente, modificando la manera en la que la persona con VIH piensa y se comporta.
En este sentido, Ignacio Pérez Valero subrayó el impacto de las alteraciones del sistema nervioso central en la calidad de vida de los pacientes con VIH, y presentó datos sobre los factores asociados que hay tener en cuenta para lograrlo y herramientas existentes para su evaluación.