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Enfermería, clave en la educación del VIH

Los profesionales de Enfermería ponen la cara más humana de la atención al VIH/sida. Cuidan, velan por la adherencia, educan al paciente y a su entorno… Son apoyo imprescindible para el día a día de una patología devenida en crónica.

NOVIEMBRE 2021

Enfermería es una pieza clave en la atención a los pacientes con VIH/sida. En sus manos se confía no sólo el seguimiento de los tratamientos sino también la labor de concienciación y la divulgación de una educación sexual correcta para evitar que aumenten los contagios.

“El papel de enfermería es muy importante en el momento del diagnóstico del VIH, que supone un mazazo en la vida de cualquier persona. Aparecen las culpabilidades, los miedos, la incertidumbre de cómo será su vida a partir de ese momento… Nuestro papel es intentar que estas personas aprendan a vivir con el VIH, que no vean el diagnóstico como algo terrible y que piensen que van a poder llevar una vida normal”, explica María Asunción García Gonzalo, enfermera de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Galdakao-Usansolo (Bilbao).

“Tenemos un papel muy importante en la educación, tanto de la persona como de su familia o entorno. Deben quedar claras cuáles son las vías de transmisión del VIH para vivir con tranquilidad, qué prácticas pueden tener riesgo y cuáles no. Asimismo, reforzamos la información que ha dado un médico sobre la enfermedad y su evolución, qué son los CD4 y la carga viral, los tratamientos, la importancia de una buena adherencia al TAR para su calidad de vida futura… Y nos ofrecemos para ayudar a comunicar el diagnóstico a su familia o a su pareja”, añade García.

Para el paciente, es fundamental que su equipo asistencial sea accesible, sobre todo al inicio del tratamiento o ante cambios en la medicación. “Los pacientes tienen acceso a mucha información a través de internet que no siempre es precisa o fácilmente interpretable. Suelen hacerse ideas erróneas sobre su enfermedad”, advierte también la enfermera bilbaína. 

“Solo mediante una buena coordinación es posible mejorar el cumplimiento y evitar las pérdidas de seguimiento. El tratamiento para el VIH es la única manera para frenar la infección, de ahí nuestra preocupación en intentar que nuestros pacientes tengan una adherencia del 100%”

María Asunción García Gonzalo

Enfermera de la Unidad de Infecciosas del Hospital Galdakao-Usansolo (Bilbao)

En las consultas sucesivas, los profesionales de Enfermería ejercen por tanto una labor de apoyo a la consulta médica e intentan detectar pacientes con malas adherencias al tratamiento, así como identificar motivos para intentar resolverlos. Todo, como parte de un equipo multidisciplinar que incluye personal farmacéutico, médico y de enfermería. 

“Sólo mediante una buena coordinación es posible mejorar el cumplimiento y evitar las pérdidas de seguimiento. El tratamiento para el VIH es la única manera para frenar la infección, de ahí nuestra preocupación en intentar que nuestros pacientes tengan una adherencia del 100%”, afirma María Asunción García.

La atención al paciente con VIH/sida desde la enfermería ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Las personas seropositivas se han convertido en pacientes crónicos y estos profesionales han tenido que ir adaptando su práctica clínica a la nueva situación. Hasta 1996, cuando llegaron las nuevas terapias antirretrovirales, los pacientes ingresaban con patologías muy graves y con su sistema inmunitario ya muy débil, incapaz de controlar las enfermedades oportunistas. “En esa época nuestra labor se desarrollaba fundamentalmente en planta y con pacientes ingresados. Actualmente, nuestros pacientes se ven en consulta y el aumento de la esperanza de vida ha producido la aparición de patologías asociadas al envejecimiento, con comorbilidades y tratamientos concomitantes”, observa.

Enfermería tiene una creciente relevancia, tanto en hospitales como en consulta. “Los pacientes confían y valoran nuestro trabajo, creo que les resultamos más accesibles”, afirma García. Como en muchas especialidades, es importante que el profesional esté preparado y tenga la formación adecuada. La aparición de nuevos fármacos y sus posibles interacciones o efectos adversos obliga a una actualización continua. “Muchas veces somos el intermediario entre el paciente y el médico, y es importante que sepamos resolver dudas para tranquilizar al paciente. Y también para saber cuándo es necesario derivarlo a la consulta con su médico”, explica.

La tendencia de futuro, según se vislumbra observando el panorama profesional, es seguir implementando las consultas de enfermería. “Nuestra carrera ya es un grado y la prescripción por parte de las enfermeras, después de muchos obstáculos, es un hecho. Por supuesto, con los protocolos y las directrices que se establezcan”, dice Maria Asunción García. Y añade: “La investigación también era un reto pendiente pero, poco a poco, estamos presentes en proyectos. La esencia de nuestra profesión es cuidar, con mayúsculas, pero con las competencias necesarias para poder llevarlo a cabo”.

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