lupa

Insomnio, ansiedad, depresión: cómo el VIH puede afectar a la salud mental

Las personas con VIH tienen una prevalencia del 60-70% de alteraciones del sueño, un 30-40% de trastornos emocionales y alrededor de un 25-35% de trastornos cognitivos, según un estudio realizado en 2019 por el Hospital Universitario de La Paz de Madrid que contó con el apoyo de Gilead.

MARZO 2022

Las personas con VIH tienen una prevalencia del 60-70% de alteraciones del sueño, un 30-40% de trastornos emocionales y alrededor de un 25-35% de trastornos cognitivos, según un estudio realizado en 2019 por el Hospital Universitario de La Paz de Madrid que contó con el apoyo de Gilead. Las cifras muestran también que las personas con VIH tienen el doble de probabilidades de padecer depresión o ansiedad; que más de la mitad de los jóvenes con VIH tiene algún problema de salud mental; o que el riesgo de sufrir una enfermedad mental grave puede llegar a multiplicarse por diez.

Todos los expertos tienen claro ya que los trastornos mentales y del estado de ánimo, al margen de lo que conllevan por sí solos, suponen un riesgo para la evolución del VIH en el organismo. La respuesta a por qué sucede todo esto es clara: el VIH no tiene cura todavía y el estigma que rodea a la infección presenta, aún hoy, un impacto emocional tremendo.

“Los programas de VIH se fortalecen marcadamente cuando se combinan con abordajes sociales y estructurales”, aseguran los responsables de ONUSIDA en el informe ‘Acabar con las desigualdades. Acabar con el sida. La estrategia mundial contra el sida 2021-2026’. Esta nueva perspectiva integral de lucha contra el VIH pone, así, el foco en otros aspectos alrededor de la infección y los considera clave para erradicarla a nivel mundial. Uno de ellos es la lucha contra el estigma; otro, la buena salud mental de las personas que viven con VIH.  

Te puede interesar

Saber más sobre Salud mental y VIH

Porque la salud es mucho más que la ausencia de enfermedad, en personas que viven con VIH se trata de que estas no sólo alcancen la supresión viral sino que gocen de una buena salud global y de una buena calidad de vida a largo plazo.

Según Jordi Blanch, experto del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona, los trastornos mentales que sufren las personas con VIH suelen pasar desapercibidos en la mayoría de los casos y, por este motivo, no reciben el tratamiento adecuado. “Esto supone, a menudo, la persistencia del sufrimiento de la persona con VIH. Algo que puede afectar a la evolución de su enfermedad y a la respuesta al tratamiento antirretroviral”, destaca Blanch. En estos casos, añade, “se necesita un abordaje multidisciplinar que integre a especialistas en materia psicológica, y también formación continuada y educación y concienciación para profesionales y pacientes sobre la gestión de las emociones”.

“Debemos superar barreras y preguntar a los pacientes por su vida sexual, su descanso, sus relaciones, su calidad de vida… Porque una cosa lleva a la otra: una mala calidad de vida pone en riesgo la salud mental, y una mala salud mental puede dar al traste con la eficacia del tratamiento”

Jordi Blanch

Experto del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, Barcelona

Es muy importante que los pacientes con VIH comuniquen a su equipo médico síntomas relacionados con la salud mental como pueden ser la depresión, la ansiedad, el insomnio y el consumo de sustancias como el alcohol o la metanfetamina. Eso facilitará una buena gestión de su patología y la adecuada toma de decisiones. En este sentido, Ignacio Pérez Valero, de la unidad de VIH del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, subraya el impacto de las alteraciones del sistema nervioso central en la calidad de vida de los pacientes con VIH y la necesidad de atender sus percepciones. “Hay una tendencia actual a integrar los cuestionarios de síntomas reportados (PROs) por el paciente en la práctica clínica mediante sistemas digitales de información. Como ejemplo de la importancia de su uso, tenemos el caso de un paciente que presentaba insomnio y ansiedad secundariamente al inicio del tratamiento antirretroviral, y de cómo esta sintomatología, de la que su clínico no era consciente, fue detectada y resuelta tras el cambio del tratamiento antirretroviral gracias al uso de estos PROs”.

“Tenemos el caso de un paciente que presentaba insomnio y ansiedad secundariamente al inicio del tratamiento antirretroviral, y de cómo esta sintomatología, de la que su clínico no era consciente, fue detectada y resuelta tras el cambio del tratamiento antirretroviral gracias al uso de estos PROs. El uso de estos PROs es fundamental”

Ignacio Pérez Valero

Unidad de VIH del Hospital Universitario Reina Sofía, Córdoba

Para Jesús Troya, del servicio de medicina interna del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, “tenemos que ser conscientes de que estos acontecimientos adversos en los pacientes con VIH son una realidad, y si no establecemos los mecanismos clínicos necesarios en su búsqueda no los vamos a identificar”. Añade Troya: “En la actualidad, tenemos tratamientos lo suficientemente importantes y seguros como para que el paciente no deba tener una carga añadida. Tenemos que luchar por mejorar su calidad de vida sin que esto tenga ningún coste asociado para ellos”. El doctor Blanch coincide en la apreciación: “Hay que conocer bien los fármacos. Sabemos que algunos tratamientos pueden provocar síntomas depresivos, alteraciones del sueño…”.

Pero, además de la visión terapéutica, hay muchos otros problemas de salud mental. “Ya desde el momento del diagnóstico, hay una reacción emocional de estrés y ansiedad que se acompaña de incertidumbre ante el futuro. Aún persiste aquella vieja asociación entre VIH y conductas supuestamente inapropiadas”, explica el propio Blanch. Por eso, insisten todos los especialistas en que el médico que trata a una persona con VIH no puede conformarse con el objetivo de lograr una carga viral indetectable sino que ha de ser proactivo e interesarse por su situación emocional para mejorar la adherencia al tratamiento y evitar una depresión que lleve a alteraciones. “Debemos romper la barrera, quitar el tabú y preguntar por su vida sexual, su descanso, sus relaciones, su calidad de vida. Porque una cosa lleva a la otra: una mala calidad de vida pone en riesgo la salud mental, pero, además, una mala salud mental puede dar al traste con la eficacia del tratamiento”, advierte.

Si tienes insomnio

Si padeces algún trastorno del sueño acude a un especialista y te aconsejamos que antes hagas este cuestionario sobre la calidad del sueño y prepares tu consulta.

¿Crees que puedes tener VIH?

PREGUNTAS CON RESPUESTA

Actualidad

VIHpedia