Kike recibió el diagnóstico de VIH en el año 86, cuando tenía 26 años. En aquellos años tener VIH era una “sentencia de muerte”. Fueron años duros y son muchos los amigos que no están ya aquí para contarlo. “Estuve esperando la muerte hasta 1996”, explica Kike. “Entonces fui normalizando mi vida y comencé a tomar la TARGA. Al principio era una medicación muy fuerte, con 16 pastillas diarias”. En la actualidad, los medicamentos antirretrovirales son más efectivos y han reducido sus efectos secundarios. “He coordinado el grupo de personas con VIH de COGAM y de la Fundación 26 de diciembre y he hecho muchos amigos.»
Un proyecto de Apoyo Positivo, en colaboración con Gilead Sciences.