En España el índice de diagnósticos tardíos ronda el 50% de los nuevos casos. Los expertos urgen a extender los test rápidos también en pacientes asintomáticos.
Sergio Serrano recibió en 2018 el premio de Gesida al mejor investigador joven. Las interacciones entre la microbiota y la inmunidad mucosa en la patógena de la inflamación crónica concentran su labor desde hace años. Médico del Servicio de Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, dirige una consulta multidisciplinar para el manejo integral de pacientes VIH de más de 50 años y coordina un proyecto internacional para conocer el impacto de la microbiota en la infección por VIH.
En el año COVID, Serrano explica que la inflamación por VIH y por SARS-CoV-2 son distintas. “Desde el momento en que el VIH es una infección crónica e incurable y la Covid-19 aguda y autolimitada, son dos patologías diferentes. Sí existen similitudes en algunos fenómenos inherentes a la respuesta inmune, como son la activación de linfocitos T o la elevación de marcadores de respuesta inflamatoria antiviral. Sin embargo, en cuanto a cinética, subpoblaciones celulares implicadas y magnitud, las diferencias son patentes”.
Son cuatro décadas de intentar entender el VIH por solo uno de Covid… El facultativo del Ramón y Cajal asegura que el impacto de la pandemia no ha sido igual ni por intensidad ni por periodo de tiempo en todo el país y que, en general, “podemos estar orgullosos de haber superado una prueba de estrés inmensa para la atención de VIH”.
“Mientras la pandemia siga activa, parece improbable que sus efectos negativos puedan revertirse a corto plazo. El impacto real lo veremos más adelante, cuando sepamos hasta qué punto ha ocasionado retraso diagnóstico de nuevos casos”
Sergio Serrano
Servicio de Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, Madrid
A su juicio, el sistema ha podido seguir vinculando los nuevos casos a las consultas especializadas y ha garantizado la dispensación de la medicación. “Ahora, es importante individualizar bien el tipo de atención. Si bien para muchos pacientes la telemedicina es algo conveniente y viable, en otros casos se precisa mantener el modelo clásico presencial”, subraya. No hay duda de que el azote del coronavirus ha puesto en jaque economías y sistemas de salud estos meses, y que su impacto afectará a la consecución de los objetivos de ONUSIDA para el año 2030.
“En tanto en cuanto la pandemia sigue activa y con intensidad fluctuante, parece improbable que sus efectos negativos puedan revertirse a corto plazo. El impacto real lo veremos más adelante, cuando sepamos hasta qué punto ha ocasionado retraso diagnóstico de nuevos casos de VIH. También es pronto para saber si van a disminuir las dotaciones presupuestarias destinadas a la investigación en VIH. Es innegable que muchos investigadores hemos sido empujados a investigar también en Covid-19, pero mi impresión es que ha sido más a costa de desdoblar esfuerzos”, critica.
La microbiota es el conjunto de microorganismos que se localiza de manera normal en distintos lugares del cuerpo de los seres vivos pluricelulares, tales como el ser humano. En el cuerpo humano viven aproximadamente 10.000 especie bacterianas diferentes y unos 100 billones de microorganismos. Se estima que solo un 1% puede ser potencial patógeno. Ellos se benefician de nosotros y nosotros de ellos. A pesar de tener un número de bacterias similar al de células propias, la microbiota supone solo 200 gramos de toda la masa del cuerpo humano.
Sobre la inflamación, que es el objeto principal de su labor investigadora, Sergio Serrano pone de manifiesto que es uno de los determinantes biológicos del envejecimiento: envejecer se asocia con aumentar el grado de inflamación del organismo. Esto es más acusado en personas con VIH, por lo que el impacto en su salud también es mayor. Ante eso, insiste, “es clave el inicio del tratamiento antirretroviral antes de que se produzca el deterioro inmunológico, y también facilitar la adherencia al mismo con pautas sencillas y promover cambios en el estilo de vida: dieta mediterránea, ejercicio y deshabituación tabáquica“.
Explica Serrano que, sin tratamiento, el VIH se replica y produce un daño inmunológico en las mucosas y en los ganglios linfáticos cuya intensidad se acentúa con el tiempo. Ahí surge la inflamación. Los antirretrovirales previenen este daño si se inician precozmente: “Si la infección ha progresado, el daño es grande y la recuperación a largo plazo incompleta”.
En un país donde las cifras de diagnóstico tardío son “tozudas“ —alrededor de la mitad de los nuevos casos presentan menos de 350 linfocitos CD4/uL—, el doctor Serrano urge a “mejorar el estigma social asociado a realizarse la prueba” y a proponérsela a los pacientes, “incluso a personas asintomáticas”. “Ha habido avances. Cada día vemos más pacientes que se han diagnosticado ellos mismos. Pero hay que mejorar aún más la accesibilidad a las pruebas rápidas y desarrollar campañas de información ciudadana sobre VIH e ITS”, concluye.
Referencias y Bibliografía
