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Los especialistas creen que el 77% de las enfermedades mentales en pacientes con VIH están infradiagnosticadas

Los problemas de salud mental asociados al VIH (Comorbilidades Neuropsiquiátricas, CNP) son uno de los focos de preocupación en el cuidado de las personas seropositivas debido al impacto que tienen en su calidad de vida. Esta afirmación no es gratuita: estos trastornos contribuyen a peores resultados al reducir la adherencia a la medicación y promover comportamientos poco saludables.

MAYO 2022

Aunque las terapias antirretrovirales han conseguido reducir de manera drástica la toxicidad, diversos estudios revelan que algunos regímenes pueden tener efectos sobre el sistema nervioso central. Y que esta neurotoxicidad contribuye a aumentar los problemas de salud mental entre las personas con VIH, incluidos la depresión, la ansiedad y otros trastornos neurocognitivos asociados al virus.

Ante este escenario, las pautas establecidas por los profesionales recomiendan evaluar la depresión y el deterioro cognitivo de todas las personas con VIH de forma periódica, y la neurotoxicidad inducida por el tratamiento al menos después de comenzar un nuevo régimen. Todos ellos subrayan la importancia de una detección temprana de los problemas de salud mental y de la derivación de estas personas con VIH a la Atención Especializada.

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Los médicos españoles son conscientes de la importancia de la salud mental en los pacientes con VIH y tienen claro que el nivel de diagnóstico de este tipo de problemas es insuficiente. Sin embargo, a pesar de tener clara la situación, no evalúan de forma rutinaria las comorbilidades neuropsiquiátricas, ni siguen las recomendaciones de las guías, ni utilizan cuestionarios de manera homogénea. Estas son algunas de las conclusiones del reciente estudio ‘Perception of HIV physicians in Spain towards diagnosis and management of neuropsychiatric comorbidities in people with HIV‘, dirigido por Ignacio Pérez-Valero, del departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Reina Sofía de Córdoba; Esteban Martínez, del mismo departamento en el Hospital Clinic de Barcelona; y Jordi Blanch, del servicio de Psiquiatría del Hospital Clinic de Barcelona.

La base del trabajo ha consistido en una encuesta realizada a médicos españoles que trabajan con personas con VIH en nuestro país. Respondieron 115 del total de 600 que forman parte del Grupo para el Estudio del Sida —Gesida—. “La muestra es muy relevante”, destaca el doctor Martínez.  Los facultativos coinciden en que evaluar la salud mental es relevante (97%) y que las comorbilidades neuropsiquiátricas están infradiagnosticadas (77%). La mayor parte se muestran sensibilizados con el problema (68%).  Sin embargo, admiten haber recibido poca o ninguna capacitación sobre la detección de estas comorbilidades (64%). Pero también señalan que los pacientes no informan suficientemente sobre sus problemas de salud mental (54%) y que el consumo de alcohol (95%), sustancias recreativas (97%) y tabaco (96%) son en estos muy relevantes.

“Los médicos destacan la importancia que tiene la salud mental en los pacientes, pero, desgraciadamente, reconocen limitaciones para su manejo en la clínica, y esto puede llevar a que el diagnóstico de una parte importante de los problemas mentales pueda pasar desapercibido y estos no se traten adecuadamente”

Esteban Martínez

Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clinic de Barcelona

Los médicos coinciden en que las comorbilidades neuropsiquiátricas son difíciles de identificar (52%) y que hay pocas herramientas disponibles (53%). Tampoco —reconocen— usan cuestionarios (79%), ni siguen las pautas (77%) para su detección. “Los médicos destacan la importancia que tiene la salud mental en los pacientes, pero, desgraciadamente, reconocen limitaciones para su manejo en la clínica, y esto puede llevar a que el diagnóstico de una parte importante de los problemas mentales pueda pasar desapercibido y estos no se traten adecuadamente”, señala Martínez.

Manifestaciones subjetiva

¿Cuál es, entonces, el problema? El diagnóstico de los trastornos neuropsiquiátricos y neurocognitivos sigue siendo un desafío debido a los complejos factores asociados con la infección por el VIH, las manifestaciones de los problemas de salud mental (que pueden ser similares a los síntomas físicos del VIH) y las estrechas asociaciones entre los síntomas depresivos y la función cognitiva. 

“A diferencia de otras comorbilidades donde tenemos pruebas objetivas, análisis o pruebas de imagen que están muy bien definidas, en el campo de la salud mental las pruebas no están tan bien definidas y son en gran medida subjetivas”, explica Martínez.

“Hay que escuchar al paciente, tanto lo que cuenta personalmente como lo que pueda decir con su lenguaje corporal, con la imagen que transmite, porque ahí también puedes ver si existen problemas de salud mental”

Esteban Martínez

Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clinic de Barcelona


Los cuestionarios PROs (patient reported outcome, o resultados reportados por los pacientes) pueden jugar un papel muy importante ante la definición de un problema, destaca el doctor. “Por ejemplo, si creo que un paciente tiene problemas con el sueño o se queja del estado del ánimo,  con los cuestionarios puedo tener un diagnóstico objetivable que va más allá de mi mera impresión personal; además, me permite compartir el diagnóstico con otros médicos especialistas porque tiene una puntuación en el cuestionario, que es una prueba objetiva; y por último, me van a permitir a mí tener un motivación fundada para justificar un tratamiento”, señala Martínez mientras pone un ejemplo: “A un diabético no se le pone un tratamiento de diabetes porque te da la impresión de que es diabético; se le hace pruebas para determinarlo. Los PROs te dan ese dato objetivo más allá de la impresión que uno tiene”.

Los médicos reconocen también las dificultades por la falta de formación.  “Los médicos de VIH somos internistas y hemos tenido entrenamiento en cardiología o endocrinología, por ejemplo, pero nos ha faltado entrenamiento en psiquiatría, es una especialidad que nos es más ajena”, reconoce.

Un estudio transversal

El objetivo del estudio es evaluar las percepciones, conocimientos, habilidades y actitudes de médicos no psiquiatras que atienden a personas con VIH en entornos hospitalarios en España en cuanto al manejo de los problemas de salud mental y la neurotoxicidad inducida por los tratamientos antirretrovirales. Además, evalúa también las diferencias en el manejo de los problemas de salud mental según las características demográficas y profesionales de los médicos y las características del hospital.

El estudio transversal incluye a especialistas en VIH con más de cuatro años de experiencia en hospitales españoles que completaron una encuesta sobre el manejo de comorbilidades neuropsiquiátricas en personas con VIH entre el 10 de febrero y el 27 de marzo de 2020. Para participar, los médicos debían ser directamente responsables de la prescripción de terapia antirretroviral (TAR) y la atención clínica de al menos 50 personas con VIH al mes. No se ha incluido a psiquiatras. Se ha asegurado una representación de facultativos de todo el territorio español.

 

En definitiva, el estudio refleja que la capacitación insuficiente y la falta de tiempo durante las visitas son las principales barreras para la identificación de las CNP. Y como en todo, hay matices. Los médicos mayores (>50 años) tienen una mejor perspectiva de su capacitación frente a estos trastornos, y los que trabajan en hospitales de mayor envergadura (más de 500 camas) también reflejan sentirse más preparados, ya que, habitualmente, estos médicos suelen estar especializados en pacientes con VIH, frente a quienes trabajan en hospitales más pequeños, que no sólo tratan a pacientes con VIH.

Martínez cree que preparar la consulta (pacientes y médicos) es muy importante, pero “no sólo se trata de hacer un check list (que también). Sobre todo, hay que escuchar al paciente, tanto lo que cuenta verbalmente como lo que pueda expresar con su lenguaje corporal, con la imagen que transmite, porque ahí también puedes ver si existen problemas de salud mental”. “El diagnóstico no lo es todo; ante esos problemas debería tener recursos sobre qué hacer con el paciente si tiene ansiedad, depresión, un problema psiquiátrico, un problema de sueño… Y si uno no sabe sobre tratamiento psiquiátrico, o se ve superado, pues debería tener un referente psiquiátrico o una unidad para derivar”, concluye Martínez.

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