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Huesos y VIH

Huesos y VIH

¿Cuál es el problema?

El ser humano tiene 212 huesos cuyas funciones son proporcionar un soporte estructural para el esqueleto humano; trabajar con ligamentos, tendones y articulaciones para permitir el movimiento; proteger los órganos internos; alojar la médula ósea, que es donde se produce la sangre; y servir como fuente de calcio para todo el cuerpo. 

Los huesos son partes vivas del cuerpo y se renuevan continuamente a lo largo de la vida.

Después de los 35 años, los huesos de cualquier persona comienzan a ‘adelgazar’. El envejecimiento es un factor clave en este proceso por el que la masa ósea se vuelve gradualmente menos densa, más débil y más frágil. Por eso, las fracturas y caídas son más habituales en edades avanzadas.

Osteoporosis significa literalmente ‘huesos porosos’ y es la manera habitual de referirse a la enfermedad que debilita el sistema óseo, que no es capaz de regenerar la masa ósea a la misma velocidad a la que se debilita. Debido a la osteoporosis, los huesos pierden su vigor y se rompen más fácilmente, provocando golpes o caídas. 

El riesgo de osteoporosis es más alto en mujeres que en hombres, y sobre todo después de la menopausia.

Otra enfermedad ósea es la osteopenia, que refiere una menor densidad de minerales en los huesos, y que no es tan severa como la osteoporosis.

¿Cómo afecta el VIH a los huesos?

Cualquier persona puede tener osteoporosis, pero en algunas el VIH se asocia a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Diversos estudios muestran que el 67% de las personas que viven con VIH tiene una densidad mineral ósea menor que la población general y que el 15% desarrolla osteoporosis, un porcentaje más alto que el de la población general. 

Hay factores que, tengas o no VIH, pueden impactar negativamente en la condición de tus huesos. Por ejemplo, tu estilo de vida: una dieta pobre, fumar, consumir alcohol en grandes cantidades o estar excesivamente delgado. 

También, un bajo nivel hormonal (testosterona en los hombres, estrógenos en las mujeres), tus antecedentes familiares, el propio VIH a largo plazo o algunos tratamientos antirretrovirales (no todos) pueden debilitar tu masa ósea.

Si tienes VIH y eres mujer y/o tienes más de 50 años, es más probable que desarrolles osteoporosis. El debilitamiento del sistema óseo se acelera después de la menopausia y a partir de esa edad. 

¿Cómo puedes cuidar los huesos?

La condición de tus huesos se puede monitorear. Habla con tu médico sobre tus niveles hormonales, de calcio y de vitamina D. Con una buena información, es posible mantener en buen estado tu masa ósea.

Si vives con VIH y ya tienes osteoporosis o algún tipo de debilitamiento óseo, es posible ralentizar el proceso o incluso revertirlo. Un estilo de vida más saludable puede contribuir a lograrlo. Sobre todo, hacer ejercicio, dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco y alcohol, y seguir una dieta sana que incluya suficiente calcio y vitamina D.

Trata de mantener un peso corporal adecuado: puede reducir la probabilidad de tener una densidad mineral ósea baja.

Existen medicamentos que ayudan a reducir el riesgo de debilitamiento y fracturas. No dejes de hablarlo con tu médico.

Referencias y Bibliografía

Cómo afecta a tu cuerpo

Todo sobre los efectos del VIH en el organismo y claves para poder llevar una vida larga y plena.

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