VIH son las siglas del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, el virus que puede causar el sida.
¿Cómo actúa el virus? El VIH es un tipo de retrovirus que ataca y destruye los linfocitos CD4, un tipo de células que forman parte de tu sistema inmunológico y que se encargan de la fabricación de anticuerpos para combatir las infecciones causadas por bacterias, virus y hongos. Es decir, el VIH te deja indefenso.
¿Cómo entra el virus en tu cuerpo? Cuatro fluidos pueden transmitir el virus: la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna de las personas infectadas. Eso sí, para que se transmita, se ha tenido que estar con una persona ya infectada y que el virus esté presente en grandes cantidades en su cuerpo.
¿Qué síntomas puedes tener? Una vez que el VIH entra en tu organismo, pueden darse fases que provocan a su vez distintos síntomas. Eso no quiere decir que todos los pacientes tengan necesariamente que pasarlas. Es importante que recuerdes que cualquier persona que esté infectada y su carga viral no esté indetectable puede transmitir el virus, tenga o no síntomas.
Entre las semanas 2 y 4 a partir de la infección, el VIH se multiplica activamente en las células infectadas. Tu sistema inmunitario responde y consigue disminuir la presencia del virus en la sangre, aunque no lo elimina. Sigue presente y continúa afectando a otros órganos.
En este primer momento, puedes sentirte enfermo, como si tuvieras una gripe. Esto puede durar varias semanas. Es la respuesta natural del cuerpo a la infección. Cuando una persona presenta infección aguda por VIH, tiene una gran cantidad de virus en la sangre y puede transmitirla con facilidad. Pero las personas con infección aguda a menudo no saben que lo tienen: pueden no sentirse mal de inmediato.
Durante varios años tu organismo puede mantener un aparente equilibrio. Pero el VIH se sigue multiplicando en las células e infectando otras nuevas. Si no accedes al tratamiento, las defensas del organismo se van debilitando poco a poco.
Esta fase puede durar varios años, aunque también puede ir mucho más rápido. Si tomas los tratamientos contra el VIH de manera correcta y continuada, puedes permanecer en esta etapa mucho tiempo, incluso toda la vida, y no desarrollar sida.
Quienes tienen una carga viral indetectable en sangre no pueden transmitir el virus. Eso lo consigues gracias a los tratamientos antirretrovirales.
En esta fase podrías no tener ningún síntoma ni sentirte enfermo. Algunas personas no los tienen. Otros presentan problemas menores de salud. Sólo algunas personas desarrollan el sida.
Es decir, puedes tener VIH y no tener sida. Los infectados por VIH tienen una esperanza de vida muy similar a la del resto de las personas. Pero para que eso ocurra es imprescindible acudir al médico cuanto antes y cumplir con los tratamientos.
El sida es la etapa final de la infección por VIH. Con el tiempo, el virus ha usado células de tu sistema inmunológico para debilitarlo y reproducirse. Pueden pasar diez años o más desde que te infectaste hasta llegar a tener sida.