ONUSIDA se muestra optimista en 2023. Si Winnie Byanyima, directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, lanzaba en 2022 un grito de auxilio a través del informe 'En Peligro', sobre la base de los datos recogidos tras el covid-19, en esta ocasión el documento 'El camino para poner fin al sida' busca dar un impulso decisivo a la lucha contra el virus. Y lo hace con un mensaje claro e ilusionante: es posible acabar con el VIH en 2030. La clave va a a estar, asegura Byanyima, en que haya o no un fuerte liderazgo político.
El último informe de ONUSIDA aporta datos y casos prácticos que ponen de relieve que poner fin al VIH es una elección política y financiera, y que los países y líderes que han emprendido este camino están logrando resultados extraordinarios. Se trata, ni más ni menos, de seguir la evidencia que aporta la ciencia, abordar las desigualdades que frenan el progreso, permitir que las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil desempeñen su papel vital en la respuesta, y garantizar una financiación suficiente y sostenible.
El informe se hizo público en julio, días antes de que comenzara en Brisbane (Australia) la 12ª Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional del Sida (IAS) sobre la Ciencia del VIH, un marco que aprovechó ONUSIDA para presentar los resultados del estudio. La conferencia también fue el escenario elegido por la Organización Mundial para la Salud (OMS) para exponer las nuevas orientaciones científicas y normativas sobre el VIH.
El informe de ONUSIDA muestra el camino para acabar con el sida. “Tomar ese camino ayudará a garantizar la preparación para abordar los retos de otras pandemias y a avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los datos y ejemplos reales del informe dejan muy claro cuál es ese camino. No es un misterio. Es una elección. Algunos líderes ya lo están siguiendo, y con éxito”, afirma Winnie Byanyima.
“Los datos y ejemplos reales del informe dejan muy claro cuál es ese camino. No es un misterio. Es una elección. Algunos líderes ya lo están siguiendo, y con éxito”
Winnie Byanyima
Directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida
El documento señala que países como Botswana, Eswatini, Ruanda, Tanzania y Zimbabwe ya han alcanzado los objetivos 95-95-95: que el 95% de las personas con VIH estén diagnosticadas; que el 95% de ellas esté en tratamiento; y que el 95% de estas últimas tenga una carga viral indetectable y, por tanto, no transmitan el virus. Al menos otros 16, ocho de ellos en el África subsahariana, la región donde se concentra el 65% de todas las personas que viven con VIH en el mundo, también están cerca de hacerlo. Los avances han sido mayores en los países y regiones que cuentan con mayores inversiones financieras, como África Oriental y Meridional.
“El fin del sida brinda la ocasión de un legado excepcionalmente poderoso a los líderes actuales”, subraya Byanyima. Que añade: “Las generaciones futuras podrían recordarlos como los que fueron capaces de poner fin a la pandemia más mortal del mundo. Podrían salvar millones de vidas y proteger la salud de todos. Podrían demostrar todo lo que un buen liderazgo es capaz de conseguir”.
“El hecho de que ahora estemos hablando de la eliminación de la transmisión del VIH en cualquier país es increíble; muestra lo que es posible y nos da esperanza”, añadía Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS en Brisbane.
Se refería a Australia, que puede convertirse en la primera nación del mundo en poner fin a la epidemia de VIH: los nuevos diagnósticos de VIH entre hombres homosexuales y bisexuales en Australia se han reducido en un 57% durante la última década; y Sydney ha reducido las nuevas adquisiciones de personas con VIH en un 88%, lo que significa que puede ser la primera localidad del mundo en alcanzar el objetivo de la ONU de acabar con el sida como una amenaza para la salud pública para 2030.
Sysdney ha reducido en un 88% las infecciones de VIH y sida y puede ser la primera ciudad del mundo en alcanzar el objetivo ONUSIDA
“El extraordinario éxito en la prevención del VIH en los barrios gay de Sydney se debe a décadas de liderazgo político”, aseguró Andrew Grulich, del Instituto Kirby de la Universidad de Nueva Gales del Sur y miembro del Consejo de Gobierno de la IAS. “Trabajando en asociación con organizaciones comunitarias y clínicas, se han diseñado e implementado intervenciones efectivas basadas en la investigación. Estos números nos muestran que la eliminación virtual de las transmisiones del VIH es posible. Ahora, debemos observar de cerca lo que ha funcionado en Sídney y adaptarlo para otras ciudades y regiones”.
Sin embargo, pese al ejemplo, nada está conseguido: En 2022, el sida acabo con una vida por minuto; y millones de personas siguen sin recibir tratamiento, incluido el 43% de los niños que viven con el VIH. “Los hechos y las cifras del este informe no muestran que estemos ya en el camino, sino que podemos estarlo”, subraya la directora ejecutiva de ONUSIDA.
“El extraordinario éxito en la prevención del VIH en los barrios gay de Sydney se debe a décadas de liderazgo político”
Andrew Grulich
Miembro del Consejo de Gobierno de la IAS
Charles Gilks, presidente local de IAS 2023 y catedrático de BBV e ITS de Queensland en la Universidad de Queensland (Australia) ahonda en las claves lanzadas por la directora ejecutiva de ONUSIDA: “Debemos intensificar nuestros esfuerzos para llegar a las comunidades marginadas y abordar las disparidades de salud, priorizar la educación sobre salud sexual y continuar nuestras inversiones en investigación e innovación”.
“Debemos intensificar nuestros esfuerzos para llegar a las comunidades marginadas y abordar las disparidades de salud, priorizar la educación sobre salud sexual y continuar nuestras inversiones en investigación e innovación”
Charles Gilks
Presidente local de IAS 2023
El libre acceso al tratamiento del VIH sigue siendo una de las claves del éxito en la lucha contra el virus. Ha evitado casi 20.8 millones de muertes relacionadas con el sida en las últimas tres décadas. El número de muertes relacionadas con el sida se ha reducido en un 69% desde el pico alcanzado en 2004. A nivel mundial, casi tres cuartas partes (71%) de las personas con VIH en 2022 (76% de las mujeres y 67% de los hombres que viven con el VIH) habían suprimido la carga viral. La supresión viral permite a las personas que viven con el VIH llevar una vida larga y sana y tener un riesgo nulo de transmisión sexual del VIH. Sin embargo, la supresión de la carga viral entre las niñas y los niños era sólo del 46%.
La OMS insiste, por su parte, en otro de los aspectos fundamentales: el diagnóstico; pide a los países que “amplíen el uso de la autoprueba del VIH y promuevan las pruebas a través de las redes sexuales y sociales”, con el reto de aumentar su cobertura y “fortalecer la aceptación de los servicios de prevención y tratamiento del VIH en entornos de alta carga y en las regiones con las mayores brechas en la cobertura de las pruebas”.
Las 1.3 millones de nuevas infecciones por VIH estimadas en 2022 fueron las menores en décadas, con disminuciones especialmente significativas en las regiones con mayor carga de VIH. Los descensos más pronunciados en el número de nuevas infecciones se han producido entre las niñas y los niños (de 0 a 14 años) y los jóvenes (de 15 a 24 años), que en los últimos años han sido objeto de intervenciones eficaces
Gracias al apoyo y la inversión para poner fin al sida entre los niños, el 82% de las mujeres embarazadas y lactantes que vivían con el VIH en todo el mundo lograron acceder al tratamiento antirretroviral en 2022, frente al 46% en 2010. Esto ha permitido reducir en un 58% las nuevas infecciones por el VIH entre los niños de 2010 a 2022, el número más bajo desde la década de 1980.
Puedes descargar el informe publicado por ONUSIDA que muestra que existe un camino claro para poner fin al sida.
Pero la cobertura del tratamiento va retrasada en el caso de las niñas y niños (de 0 a 14 años) y los y las adolescentes. Aproximadamente 660.000 niñas y niños que viven con el VIH, alrededor del 43% de los 1.5 millones de niñas y niños con el virus, no recibían tratamiento en 2022. El número de muertes relacionadas con el sida en la niñez (de 0 a 14 años) se redujo en un 64% entre 2010 y 2022, pero la pandemia del VIH aún terminó con las vidas de aproximadamente 84.000 niñas y niños en 2022.
Las adolescentes y las mujeres jóvenes siguen siendo con diferencia las más afectadas, especialmente en el África subsahariana, teniendo que enfrentarse a riesgos extraordinariamente altos de infección por el VIH. Las desigualdades de género y de otros tipos, junto con la violencia, el estigma, la discriminación y las leyes y prácticas perjudiciales, sabotean sus capacidades para protegerse del VIH.
Cada semana, 4.000 adolescentes y mujeres jóvenes contraen el VIH. En el África subsahariana, las mujeres y las niñas (de todas las edades) representan el 63% de todas las nuevas infecciones por VIH.
Sólo alrededor del 42% de los distritos con una incidencia muy alta del VIH en el África subsahariana cuentan con programas de prevención específicos para adolescentes y mujeres jóvenes. Cerrar estas brechas y facilitar a las jóvenes y mujeres sexualmente activas el acceso a herramientas biomédicas de prevención adaptadas a las mujeres reduciría en gran medida sus riesgos de contraer el VIH.
Los programas de prevención de la transmisión vertical del VIH han evitado 3.4 millones de nuevas infecciones por VIH en niños desde 2002.
Los mayores avances se están produciendo en países que han dado prioridad a enfoques integradores que respetan los derechos humanos de las personas y han involucrado por completo a las comunidades afectadas en todas las fases de la respuesta al VIH. “Los programas de VIH tienen éxito cuando prevalecen las prioridades de salud pública, como atestiguan las experiencias de múltiples países”, señala el informe de ONUSIDA.
Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, quiso en Australia, precisamente, poner el foco en que “tenemos que hacer retroceder la desinformación y la estigmatización porque ambas son claramente enemigas de la salud pública”.
“Tenemos que hacer retroceder la desinformación y la estigmatización porque ambas son claramente enemigas de la salud pública”
Anthony Fauci
Exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos
Jérôme Salomon, subdirector general para Cobertura Sanitaria Universal/Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles de la OMS, explica: “No podremos poner fin al sida si no ofrecemos más oportunidades a lo largo y ancho de los sistemas de salud, abarcando el ámbito extrasanitario y haciendo hincapié en la atención primaria”.
“En el segundo año de implementación, las estrategias mundiales del sector de la salud sobre el VIH, las hepatitis virales y las infecciones de transmisión sexual para 2022-2030 abogan activamente por sinergias en el marco de la cobertura universal de salud y la atención primaria de salud”, espetó Salomon en la IAS.
“No podremos poner fin al sida si no ofrecemos más oportunidades a lo largo y ancho de los sistemas de salud, abarcando el ámbito extrasanitario y haciendo hincapié en la atención primaria”
Jérôme Salomon
Subdirector general para Cobertura Sanitaria Universal/Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles de la OMS
Promover la igualdad de género y hacer frente a la violencia sexual y de género marcará la diferencia, destaca el informe de ONUSIDA. En seis países del África subsahariana con una elevada carga de VIH, las mujeres expuestas a violencia física o sexual por parte de sus parejas durante el año anterior tenían 3.2 veces más probabilidades de haber contraído el VIH recientemente que las que no habían sufrido ese tipo de violencia.
Además, ONUSIDA considera vital poner el foco en las poblaciones clave. La gran mayoría de los países (145) siguen penalizando el consumo o la posesión de pequeñas cantidades de drogas; 168 países penalizan algún aspecto del trabajo sexual; 67 países penalizan las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo; 20 países penalizan a las personas transgénero; y 143 países penalizan o persiguen de algún otro modo la exposición, la no revelación o la transmisión del VIH.
En consecuencia, la pandemia del VIH sigue afectando más a las poblaciones clave que a la población general. En 2022, en comparación con los adultos de la población general (de 15 a 49 años), la prevalencia del VIH era 11 veces mayor entre los hombres gays y otros hombres que tienen sexo con hombres, cuatro veces mayor entre las trabajadoras sexuales, siete veces mayor entre las personas que usan drogas inyectables y 14 veces mayor entre las personas transgénero.
“Si bien el camino para acabar con el sida está claro, todavía estamos luchando para cerrar las brechas entre los avances científicos, las intervenciones médicas y los principales expertos, con las comunidades que más los necesitan”, expuso en Australia Alegra Wolter, médico trans y presidente del Consejo Asesor de Suara Kita, una ONG dedicada a promover los derechos de las personas LGBTIQ+ en Indonesia.
“Si bien el camino para acabar con el sida está claro, todavía estamos luchando para cerrar las brechas entre los avances científicos, las intervenciones médicas y los principales expertos, con las comunidades que más los necesitan”
Alegra Wolter
Médico trans y presidente del Consejo Asesor de Suara Kita
ONUSIDA destaca, por el lado positivo, que varios países han eliminado leyes perjudiciales en 2022 y 2023, entre ellos cinco (Antigua y Barbuda, Barbados, Islas Cook, San Cristóbal y Nieves, Singapur) que han despenalizado las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Y otros han reforzado las leyes existentes para proteger los derechos de las personas vulnerables (República Centroafricana, Ghana, India, Kazajistán, Kuwait, España).
El telón de fondo de muchos de los retos pendientes es el creciente déficit de financiación para la respuesta mundial al VIH. En 2022 se disponía de un total de 20.800 millones de dólares para programas contra el VIH en países de ingresos bajos y medios, un 2.6% menos que en 2021 y muy por debajo de los 29.300 mil millones de dólares necesarios para 2025.
Tras haber aumentado sustancialmente a principios de la década de 2010, la financiación para el VIH ha vuelto a caer al mismo nivel que en 2013. Los análisis de ONUSIDA muestran que en los lugares donde ha aumentado la financiación para la prevención del VIH, la incidencia del virus ha disminuido.
Actualmente, las regiones con mayores déficits de financiación—Europa oriental y Asia central y Medio Oriente y África del Norte— son las que menos están avanzando en la lucha contra sus epidemias de VIH. Algunos países en los que la incidencia del VIH está disminuyendo, como la República Dominicana, India, Kirguistán y Togo, están destinando entre el 3% y el 16% del gasto en VIH a programas de prevención para personas de poblaciones clave. Se necesita urgentemente más financiación para los programas de prevención, especialmente entre las poblaciones clave, así como un uso más inteligente y rentable de esos fondos.
La pandemia de covid expuso grandes brechas en la cobertura de protección social en todos los países, resultado de una inversión insuficiente en protección social, especialmente en África y Asia.
En la actualidad, aproximadamente 4.000 millones de personas carecen de cualquier forma de protección social fiable, a pesar de que numerosas pruebas demuestran que los programas de protección social pueden reducir la pobreza y ayudar a satisfacer las múltiples necesidades de las personas pobres y excluidas, así como impulsar las respuestas al VIH.
Las pruebas y el tratamiento gratuito del VIH en muchos países de todo el mundo ya han salvado millones de vidas y están ayudando a reducir el número de nuevas infecciones por VIH.
Nuevas pruebas confirman que los programas de transferencias monetarias tienen amplios beneficios de salud y sociales, incluida la reducción de la vulnerabilidad y el riesgo de contraer el VIH.