Las mujeres transgénero se ven afectadas por el VIH en un grado mucho mayor que otras personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las mujeres trans tienen 13 veces más probabilidades de vivir con VIH que la población adulta general.
A pesar de que soportan la pesada carga del VIH, históricamente se ha desatendido e infrarrepresentado a las mujeres trans como parte de la respuesta a la pandemia. Con frecuencia, ni siquiera se ‘ve’ a las mujeres trans porque se incluyen incorrectamente en otras categorías, como en las de los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres.
Los sistemas de datos no siempre hacen las preguntas adecuadas sobre el sexo asignado al nacer y el género actual de las personas, y por tanto no contabulizan correctamente a las personas transgénero.
También, es un reto «ver» a las mujeres transgénero, ya que, debido a sus experiencias negativas en el pasado o al miedo a ser discriminadas, muchas optan por no identificarse como transgénero cuando solicitan servicios.
En los últimos años, las organizaciones se han dado cuenta de lo mal que la respuesta mundial a la epidemia del VIH ha servido a la población transgénero y —lentamente— están haciendo cambios.
La OMS ha llevado a cabo un estudio y ha publicado directrices para la prevención y el tratamiento que incluyen recomendaciones específicas para las personas transgénero.
También, ha desarrollado una estrategia que anima a los países a establecer leyes que descriminalizan las identidades de género no tradicionales, protegen contra la discriminación y trabajan para reconocer legalmente a las personas transgénero.
Hay muchas cuestiones comunes entre las mujeres transgénero con VIH que pueden dificultar su vida y el acceso a la atención que necesitan. Entre ellas, una amplia muestra de desigualdades sociales y estructurales. Con consecuencias muy negativas para su salud.
a.Estigma, discriminación y violencia
El estigma y la discriminación que enfrentan las personas con VIH están ampliamente documentados. Por ejemplo, impiden que se hagan pruebas de detección del virus, que se pongan en contacto con asistencia médica o que tengan acceso a ella, que sigan recibiendo atención, que obtengan medicamentos contra el VIH o que tomen sus medicamentos contra el VIH correctamente (adherencia). Todo esto se agrava en el caso de las mujeres trans.
Pero las personas transgénero de todo el mundo enfrentan, además, grandes niveles de violencia física y sexual. Al igual que el estigma y la discriminación, la violencia puede causar trauma y provocar efectos negativos duraderos en la capacidad de la persona para desempeñarse y mantenerse sana.
b.Realidades socioeconómicas
Muchas personas trans han perdido sus trabajos por los prejuicios que suscita su género. Otras, para evitar la discriminación, se esconden, retrasan su transición o dejan su lugar de trabajo. El desempleo y la pobreza pueden acarrear consecuencias muy negativas, que puede llevar a que las mujeres trans se queden sin hogar o a que se involucren con drogas o sexo transaccional para sobrevivir y hacer frente al estrés de su situación. Estas decisiones, si no son por elección propia, pueden reducir notablemente su salud y bienestar. Cuando se presentan conjuntamente, pueden ser devastadoras.
Mientras que una respuesta de aceptación por parte de la familia de una mujer trans puede protegerla ante muchas de estas injusticias, ser rechazada por la propia familia puede empeorar su situación. Para las mujeres trans viviendo con VIH, el apoyo social es aún más importante. Se ha comprobado que el apoyo de los amigos y de la familia ayuda a las personas con VIH a evitar la depresión o a sobrellevarla mejor. Es muy beneficioso que se conecten con otras que compartan su misma situación.
c.Barreras legales y adaptaciones públicas
A las mujeres trans con VIH con frecuencia se les falta al respeto y hasta se les niegan servicios para continuar con sus vidas cotidianas públicamente. Por ejemplo, muchas veces tienen problemas para actualizar sus documentos oficiales de modo que concuerden con su identidad de género y su presentación. Sin documentos apropiados, las mujeres trans tienen problemas al solicitar empleo, acceder a sus cuentas bancarias, conseguir atención médica, viajar o migrar. Y mostrando documentos de identidad que no coinciden con su identidad de género puede conducir a discriminación o acoso.
d.Problemas de salud
Las mujeres trans con VIH consiguen atención médica con menor frecuencia. Es menos probable que las mujeres trans con VIH consigan tratamiento y, cuando se hallan en tratamiento, también es menos probable que alcancen una buena adherencia.
El desconocimiento entre los especialistas sobre el cuidado específico de la salud transgénero es otro inconveniente que perjudica a las mujeres trans. Muchos especialistas no conocen las hormonas utilizadas para el cambio de género ni las cirugías de afirmación de género. Pueden desconocer, por tanto, el mayor riesgo de coágulos sanguíneos entre las mujeres que toman estrógenos, ya sea para transicionar o para reemplazar las hormonas después de la menopausia. O entre las que fuman.
Si has sido sometida una intervención genital en la que tu vagina ha sido desarrollada a partir de la piel de tu colon (implante intestinal o colovaginoplastia), puedes tener un riesgo más alto de contraer algunas ITS como clamidia o gonorrea. Al ser la piel intestinal una membrana mucosa, es más fácil que las ITS penetren a través de ella. Por eso, durante la actividad sexual, es mejor que emplees siempre preservativo para sexo vaginal, anal y oral y un protector dental de látex sobre los genitales o el ano en caso de sexo oral. Si tu vagina ha sido reconstruida empleando piel testicular o del pene, aunque esta es menos vulnerable a las ITS, si la piel se rasga existe también riesgo de infección. Usa un lubricante acuoso con el condón o un protector dental para reducir el riesgo de que contraigas infección.
Referencias y Bibliografía