Una app para preparar mejor la consulta de VIH

La pandemia de COVID-19 ha creado nuevas barreras para una atención eficaz del VIH al reducir la frecuencia y la calidad de las interacciones entre los profesionales sanitarios y las personas que viven con el VIH. Como consecuencia de esta situación, se ha producido un aumento de las consultas telemáticas y se ha reducido el tiempo dedicado a las revisiones. Lo que ha traído consigo que la calidad de la relación entre el paciente y el profesional sanitario haya disminuido en las consultas telemáticas y que las conversaciones más breves ofrezcan menos oportunidades para repasar todos los aspectos de la salud y la calidad de vida de una persona que vive con VIH. 

Para tratar de paliar esta situación, se ha desarrollado una herramienta electrónica que evalúa el estado de salud de los pacientes con VIH antes de la visita médica. Un proyecto piloto medirá la validez y la utilidad de la aplicación, según sean percibidas por los profesionales sanitarios y por los pacientes.  Como parte del piloto, los pacientes tienen que completar un cuestionario a través de la aplicación, que genera a su vez un documento que el médico puede revisar antes de realizar la consulta, tanto presencial como telemática. Este documento servirá de guía al profesional en aquellos aspectos que el paciente haya mencionado. La herramienta no permite realizar diagnósticos, sólo alertar sobre procesos que pueden ser relevantes y necesiten de un análisis más profundo durante la consulta.

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Se trata de no limitarse “a aquellos aspectos que plantea el paciente en la consulta espontáneamente, o tras preguntas genéricas del médico”, explica Juan González García, coordinador del proyecto y médico del Hospital Universitario La Paz, de Madrid. Que añade: “Es previsible que la herramienta sirva para mejorar la calidad de las consultas independientemente de su formato. La implementación como estudio de investigación está siendo más compleja de lo esperado porque requiere de un contacto directo con el paciente para presentar el proyecto, obtener el consentimiento informado y explicar el acceso a la app y otros cuestionarios de calidad de vida que aporten la validez”.

El objetivo principal del proyecto es validar la utilidad de la herramienta, independientemente de que el contenido del cuestionario pueda ser totalmente adecuado o mejorado en el futuro. González señala también que, como objetivo secundario, se va a valorar si el contenido del cuestionario con el que se está trabajando es válido para capturar aspectos relevantes sobre calidad de vida, adherencia al tratamiento o sintomatología del paciente.  “Todo lo que sea preparar la consulta es importante. Los cuestionarios PRO (Patient Reported Outcome) han demostrado su eficacia tanto en estudios como en ensayos clínicos. El problema es que son muy diversos, y para abordar muchas esferas de interés (psicológica, social o clínicas, entre otras), incluida la orientación diagnóstica, se necesitan múltiples cuestionarios y relativamente extensos. Esto es más difícil de implementar en la práctica clínica. Por eso, puede ser más útil una herramienta que sea simple y sólo pretenda poner al paciente y al médico en la pista de la existencia de uno o varios problemas, y que sea después en la consulta cuando se decida si es necesario profundizar con cuestionarios más complejos u otras pruebas complementarias”, concluye el doctor González.