Cinco pilares para redefinir el éxito terapéutico en pacientes con VIH

Al principio, se trataba de sobrevivir. Después, con la llegada de los nuevos tratamientos antirretrovirales de larga duración, el objetivo fue más ambicioso: cronificar la enfermedad, que los pacientes alcanzaran la supresión viral y que el VIH fuera indetectable. En la actualidad, el reto va más allá de la indetectabilidad. 

“Los pacientes con VIH en países con acceso universal al tratamiento, sin limitaciones de recursos, en su mayoría se encuentran estables y disfrutan de una vida normal. Sin embargo, la aparición de enfermedades asociadas al envejecimiento requieren que tengan acceso a un equipo multidisciplinar para que pueda recibir una atención personalizada y adecuada a sus necesidades”, subraya Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

Envejecimiento acelerado, comorbilidades… Las necesidades de los pacientes han cambiado y sus prioridades son otras. Es tiempo de replantear en profundidad el abordaje del VIH: poner el acento no sólo en la esperanza de vida sino, sobre todo, en la calidad de vida global a largo plazo de los pacientes con VIH. 

En este sentido, 32 expertos españoles firman el estudio ‘Redefinir el éxito terapéutico en pacientes con VIH: la opinión de un experto’, publicado en 2021 en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy. Han coordinado el estudio Antonio Antela, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela; Antonio Rivero, del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba; Josep María Llibre, del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona; y Santiago Moreno.

En él, después de analizar la evidencia existente, se recogen nuevos criterios basados en cinco pilares que deben ser tenidos en cuenta para ese abordaje: inicio rápido del tratamiento, eficacia, simplicidad, seguridad y calidad de vida. 

• Inicio rápido del tratamiento. Los expertos insisten en que es necesario iniciar el tratamiento antirretroviral lo antes posible, incorporarlo al estándar de cuidados y priorizar regímenes que no requieran resultados de test clínicos previos. De esta forma, se asocia el inicio rápido con una mayor retención en el cuidado de la salud, un mejor control virológico y unos mejores resultados generales. Las personas que inician rápidamente el tratamiento, añade el estudio, han mostrado satisfacción con esta estrategia. 

• Eficacia. El estudio subraya que la eficacia de los tratamientos debe medirse hoy por estos tres criterios: facilitar la supresión virológica, poner barreras más altas a las resistencias y permitir alcanzar la indetectabilidad más rápidamente. 

• Simplicidad. Pasa por implementar regímenes sencillos, afirma el estudio. Los datos actuales muestran que los denominados regímenes ’simple tablet’ (STR) o ‘sencillos’ y una frecuencia de dosificación baja se asocian con una mejor adherencia y un mejor control virológico.

• Seguridad. A la hora de elegir el tratamiento, apunta el estudio, hay que considerar regímenes con baja toxicidad y bajo nivel de interacciones. Estos puntos son claves para abordar la enfermedad en todo tipo de pacientes y minimizar el impacto de futuras comorbilidades en los sistemas óseo, renal o cardiovascular. Pero también para prevenir otras patologías: obesidad, esteatohepatitis no alcohólica, alteraciones psiquiátricas o disfunción sexual. 

• Calidad de vida. Una de las principales conclusiones del estudio es que el modelo de atención al paciente con VIH debe tener un enfoque multidisciplinar con el objetivo de centrarse en sus necesidades individuales. En este sentido, recomienda la generalización del uso de los denominados Patient-Reported Outcomes (PRO) como herramientas importantes para detectar y corregir los problemas y preocupaciones de los propios pacientes. También, recomienda impulsar acciones para incrementar la calidad de vida de los pacientes y desarrollar medidas contra el estigma asociado al VIH

Y es que la transformación experimentada en el tratamiento del VIH en los últimos 40 años, desde la detección del primer caso de sida en España, ha permitido ofrecer a los pacientes unas expectativas que hace años eran inimaginables. Hasta el punto de que en la última década el porcentaje de personas seropositivas con más de 50 años ha pasado del 8% al 50%. Se estima que en 2030 esta cifra alcanzará el 75%.

Referencias y Bibliografía