El diagnóstico precoz del VIH es una de las claves para erradicar el virus en España. ONUSIDA se había marcado para 2020 un triple objetivo: que el 90% de las personas con VIH estuviera diagnosticado; que el 90% de los diagnosticados recibiera tratamiento y que el 90% de estos alcanzara una carga viral indetectable. Y aún había ampliado este porcentaje hasta el 95-95-95 para 2030.
Pero, en España, los datos de la Estimación del Continuo de Atención del VIH con datos actualizados a 31 de diciembre de 2021 reflejaban que íbamos rezagados con el primer objetivo, ya que sólo el 86,2% de la población con VIH estaba diagnosticada en ese momento. A eso se suma que en nuestro país se realiza un diagnóstico tardío en casi la mitad (48%) de los nuevos casos.
Por eso, el foco de muchos de los esfuerzos, como el programa Deja tu Huella, ha estado y está centrado en la realización de pruebas para detectar personas con el virus. Diagnosticar precozmente la infección por el VIH es de vital importancia para que una persona pueda recibir tratamiento antirretroviral de forma temprana, mejorando así su calidad de vida y contribuyendo a cortar la cadena de transmisión.
De las 150.000 personas que tienen el virus en España, alrededor de 137.000 conocen su situación.
Los nuevos datos publicados en 2023 suponen un espaldarazo a las acciones de detección precoz realizadas en España. El informe realizado por el Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII estima que la cifra de personas con VIH no diagnosticadas se ha reducido casi a la mitad (-42,3%) en los últimos cuatro años, pasando del 13% al 7,5%. Esta cifra supone que, de las 150.000 personas que tienen el virus en España, alrededor de 137.000 conocen su situación. Las cifras del estudio también presentan una mejora en el resto de los objetivos: el 96,6% de las personas que viven con el VIH y conocen su diagnóstico está en tratamiento; y, de ellas, un 90,4% su carga viral suprimida.
Según estos resultados España habría superado, a finales de 2021 el objetivo 90-90-90 de ONUSIDA para 2020: el porcentaje de personas que viven con VIH que tienen su carga viral suprimida alcanzó entonces el 73%.
